El Cabildo de Tenerife ha mostrado su compromiso en la prevención y eliminación de los estigmas sociales durante el acto de conmemoración del Día Mundial del SIDA, celebrado en el Salón Noble y que contó con la presencia del consejero de Educación para la Prevención, Juan Acosta; la directora insular de Igualdad y Diversidad, Patricia León; miembros de la Corporación e integrantes del colectivo Diversas.

Juan Acosta incidió en la importancia de la prevención y aseveró que “son necesarios esfuerzos continuos, seguir empujando de manera constante en el tiempo, para mantener alerta a la sociedad canaria frente a la enfermedad y combatir a la vez el estigma y la discriminación que todavía se asocian a ella y desde la Consejería de Educación para la Prevención estamos a abiertos a contribuir a ese esfuerzo colectivo de la mano del Tercer Sector”.

Por su parte, la directora insular de Igualdad y Diversidad, Patricia León señaló que desde su área y con el apoyo de la Consejería de Prevención, “queremos trasladar que una ITS como el SIDA, no depende de tu orientación sexual, sino de tus prácticas sexuales; es decir, queremos formar e informar sobre educación afectivo sexual en aras de prevenir estas ITS como el SIDA”.

Además, León informó que el próximo 11 de diciembre a las 17:30 horas en la Sala Tomás y Valiente de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Laguna se celebrará una charla coloquio en la que intervendrá María Belén Lamuedra Martínez, contando su experiencia de vida como persona con VIH y Anthony Díaz, médico de la Asociación Diversas que nos dará un enfoque medico de esta ITS.

Para finalizar el acto conmemorativo, los integrantes del Colectivo Diversas, Sergio Siverio, Marichel Lorenzo, Anthony Carballo y Fran Bautista procedieron a la lectura de un manifiesto bajo el título: “Envejecimiento y calidad de vida para nosotras y con nosotras.¡Vivimos, resistimos, amamos… ¡y envejecemos”. En el texto se apuntó a la necesidad de la “participación comunitaria para poner los cuidados como un elemento central que posibilite superar las desigualdades y mejorar día a día la calidad de vida de las personas con VIH, nuestras vidas. Esa comunidad que construimos aferrándonos las unas a las otras está más viva y más fuerte que nunca, porque seguimos teniendo mucho camino por andar y muchas voces que levantar en busca de una justicia social que siempre se ha negado a las personas que llevamos muchos años viviendo con el VIH: acceso al mercado laboral, precariedad de aquellas personas perceptoras de rentas mínimas o de pensiones no contributivas. Y más allá de la justicia social, el derecho a la salud, pero, sobre todo, a la salud mental con un abordaje que permita afrontar los determinantes subyacentes de la salud, en particular la discriminación y el estigma asociadas al VIH, así como la soledad no deseada, y el aislamiento social derivados”.